domingo, 14 de abril de 2024

¿Vos sabés quién fue Carlos Fuentealba?

El maestro asesinado por la policía por luchar por una educación mejor

Carlos Fuentealba nació en 1966 en Junín de los Andes, Neuquén, y creció en el campo de una familia de clase trabajadora. En 2005 se recibió de docente y comenzó a trabajar como profesor de química en el Centro Provincial de Enseñanza Media (CPEM) Nº 69 del barrio Cuenca XV, donde fue elegido delegado sindical por sus compañeres. 

El 4 de abril de 2007 participó en una manifestación realizada en la ruta 22 por trabajadoras y trabajadores de la educación exigiendo mejoras en las condiciones educativas de su provincia. 

La policía provincial recibió la orden del gobernador Jorge Sobisch de impedir que les trabajadores cortaran la ruta: dispersó con balas de goma, gases lacrimógenos, bombas de pintura y un carro hidrante. Algunos trabajadores se refugiaron en una estación de servicio cercana y otros fueron perseguidos por policías a pesar de haberse retirado de la ruta. Tras una conversación entre dirigentes y policías en la estación de servicio se detuvo la represión y les docentes se retiraron en grupo, a pie y en autos, hacia la ciudad de Senillosa. 

Carlos Fuentealba se encontraba en el asiento trasero de un auto que se retiraba del lugar cuando el policía José Darío Poblete, integrante del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) de la ciudad de Zapala, arrojó una granada de gas que traspasó el vidrio del auto impactando en Carlos, que se encontraba a dos metros de distancia, y disparó una granada de gas lacrimógeno. El cartucho atravesó el vidrio e impactó en la nuca de Carlos, causándole hundimiento de cráneo. Fue sometido a dos operaciones, pero murió al día siguiente. Tenía 40 años, y dos hijas de 10 y 14 años junto a su pareja Sandra. 

A pesar de fuertes y continuas protestas en todo el país que pedían juicio político a Sobisch, la legislatura provincial se mantuvo cerrada durante casi dos meses porque los legisladores del partido oficialista, MPN, no asistieron a las sesiones. Cuando finalmente se reunió la asamblea legislativa y se hizo el pedido de juicio político, fue archivado inmediatamente por el oficialismo. 

El asesino, Poblete, fue procesado por el delito de homicidio calificado. En otra causa, que investiga responsabilidades intelectuales y políticas en niveles superiores, el pedido de indagatoria al exgobernador Sobisch fue rechazado. 

En 2008, el policía Poblete fue condenado a prisión perpetua como responsable de “homicidio calificado, por haber sido cometido por un miembro integrante de las fuerzas policiales abusando de su función, con la agravante de haber sido cometido con violencia mediante el empleo de un arma de fuego, agravado por alevosía, en concurso ideal”. 

La pareja de Carlos, Sandra Rodríguez, junto a distintas organizaciones sociales, solicitó a la Corte Suprema la reapertura de la causa y, en marzo de 2019, el Tribunal Penal de Neuquén declaró culpables a seis de los ocho policías acusados de la represión (Carlos Zalazar, Moisés Soto, Adolfo Soto, Jorge Garrido, Mario Rinzafri y Benito Matus) por “abuso de autoridad” y “abuso de armas”, con condenas de apenas 18 y 16 meses de prisión. 

Actualmente, los responsables intelectuales y políticos, incluidoel exgobernador de Neuquén Jorge Sobisch, permanecen impunes gracias a la complicidad del poder político nacional. Y sus familiares, amigues y compañeres siguen exigiendo justicia completa para Carlos Fuentealba.

El Movimiento Etiopía es una organización creada en 2013 para luchar contra las injusticias del mundo, entre ellas las violencias generadas por la desigual distribución de las riquezas. No solo las económicas, también las culturales: el sistema educativo, con sus burocracias, jerarquías e ideología capitalista es también fuente de numerosas injusticias. 

La fecha del asesinato de Carlos Fuentealba a manos de la represión estatal se convirtió en una de nuestras fechas conmemorativas porque él simboliza a miles de personas que durante décadas lucharon para dignificar la educación pública y gratuita, y para evitar que se convierta en una máquina creadora de trabajadoras y trabajadores pasivos o temerosos. En Etiopía consideramos que la escuela debe ser un espacio comunitario que enseñe a cuidar nuestros derechos, que invite a cuestionar las estructuras sociales y que brinde herramientas para cambiarlas. Exigimos una escuela llena de Educación Sexual Integral, de acompañamiento emocional y de igualdad de oportunidades para cada persona que la habite. 

¡Carlos Fuentealba presente, ahora y siempre, ahora y siempre! 

Movimiento Etiopía (Instagram: @movimientoetiopia / Facebook: Movimiento Etiopía)